08 oct 2015.- El siglo XXI instaló la idea de que todo es de diseño. Esta modalidad de lo “hecho a medida” con sello artesanal también llegó e inauguró una nueva y preocupante tendencia en el consumo de las drogas sintéticas: el policonsumo. Es un término que alude a la sucesión de distintas sustancias psicoactivas que generan un grave daño en el organismo de sus consumidores.
Esta “clave de época” embistió a la franja etaria más débil: los jóvenes de entre 16 y 20 años, quienes envueltos en la nocturnidad de los boliches y eternos after hours son víctimas de cócteles tóxicos que conllevan enormes efectos negativos y costos muy elevados para la salud.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió recientemente que el mundo asiste a una explosión de sustancias artificiales tóxicas, que en primera instancia invadió Europa y lentamente se expande hacia otras latitudes. Las cifras son escalofriantes: se detecta una nueva droga sintética cada semana.
Y Argentina no está tan lejos de Europa. Evidencia de ello es el decomiso de ayer realizado por la Aduana en la frontera con Bolivia de casi 4 kilos de una nueva droga sintética conocida como “cocaína rosa”, un polvo de color rosado que tiene un costo 15 veces mayor al de la cocaína tradicional y su consumo es habitual mezclado con bebidas energizantes.
Algunos jóvenes argentinos incorporaron como parte de sus prácticas y hábitos el consumo de drogas que coronan la diversión y prolongan la noche. La psiquiatra y especialista en adicciones Geraldine Peronace -trabaja como médica en un conocido boliche porteño- explicó cómo se da este proceso en diálogo con Infobae: “Empiezan en la previa y terminan en el boliche. La ruta, que comienza con el alcohol y la marihuana, termina en pastillas, líquidos y aerosoles, entre los formatos más consumidos en la noche”.
Mezcla de pastillas, un cocktail mortal
La Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) dejó al descubierto otra realidad escalofriante: con la escalada en el consumo, los casos de chicos hospitalizados con aneurismas, arritmias, infartos e intoxicaciones se hicieron frecuentes en las guardias de los hospitales bonaerenses.
De hecho, especialistas en toxicología remarcaron que en la década del 90, la sobredosis sucedía entre los 31 y los 35 años, pero en la actualidad bajó a la franja que va de los 16 a los 20.
Existen más de cien sustancias pertenecientes a diferentes grupos farmacológicos pero ninguna exenta de efectos nocivos. El uso más propagado es el de las metanfetaminas, como éxtasis o Crystal.
En un estudio de Sedronar, durante 2001 y 2011 se observó en la Provincia un aumento sostenido y notorio en el consumo de drogas de diseño entre estudiantes secundarios. El Éxtasis creció 1200%, mientras que el consumo de cocaína entre los chicos creció un 300%, el de pasta base un 120% y el de marihuana, 100 por ciento.
Según informó la ONU, Brasil, Bolivia y Argentina son los países que muestran una mayor tasa de consumo en los estimulantes anfetamínicos, mientras que Argentina encabeza los registros de drogas sintéticas del grupo del éxtasis..
En cuanto a las edades de inicio, rondan entre los 12 y 16 años.
Peronace, aborda de cerca la problemática y coincidió en que los servicios de urgencias están cada vez más plagados de intoxicaciones severas por este tipo de sustancias de diseño. En ese marco, advirtió sobre los peligros de seguir estas llamadas “drogas de moda”, que son ni más ni menos que precursores químicos legales que se utilizan para hacer drogas sintéticas.
Las más consumidas en la vida nocturna son el GHB o éxtasis líquido, que tiene propiedades anestésicas y depresoras y el peligro es que al ser inodora, incolora e insípida, es muy fácil que se la incluya en una bebida alcohólica y que pase desapercibida.
El éxtasis es un genérico que abarca una gran colección de drogas. En la actualidad hay más de cien pastillas diferentes que no se sabe los principios activos que cuentan. “Causa una gran euforia”. Por el contrario la ketamina se mantiene en el consumo porque es una droga económica y genera propiedades disociativas. “Originalmente fue diseñada como calmante para animales”.
El Popper o mal llamado “droga de las cuatro de la mañana”, produce un efecto vasodilatador que dura entre 15 y 30 segundos. “Se consume generalmente dentro del boliche al igual que el ácido lisérgico o LSD, que es la droga psicodélica patrón. Es muy potente y se vende en forma de “cartoncitos” o dentro de comprimidos de éxtasis”. Según señaló la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas, la Argentina es el país sudamericano donde más ácido lisérgico se secuestra.
En la jerga de los jóvenes también se advierte el llamado “lanzaperfume”, que es cloruro de etilo y que tiene un uso legal en refrigerantes, productos de limpieza y anestésicos. “Es una droga muy económica y fácil de producir, que provoca desinhibición similar a la primera fase de una borrachera”, señaló la experta. Se aplica ‘socialmente’ sobre la ropa.
“No nos olvidemos del alcohol, que es la droga patrón”, destacó Peronace.
Cómo emergieron
Estudios realizados por el doctor Guohua Li, epidemiólogo y director fundador del Centro de Lesiones de Epidemiología y Prevención de la Universidad de Columbia remarcaron que el abuso de las drogas sintéticas es una historia muy conocida en los Estados Unidos, el mayor mercado de consumo de drogas ilícitas, según afirmó el experto.
“Cada generación está expuesta a diferentes fármacos de elección. Las sustancias y sus efectos particulares se convierten en una característica única según las décadas”, agregó Li.
Es por eso que advirtió que las drogas de diseño deben mantenerse a la vanguardia de las autoridades y las comunidades médicas.
Ya desde la década de 1940, un químico suizo sintetizó un fármaco a partir del hongo del cornezuelo de centeno y descubrió las propiedades psicodélicas de la dietilamida del ácido lisérgico o LSD. Pero en 1966, ” la droga se hizo ilegal”.
En la década de 1980, emergieron las raves o fiestas electrónicas ‘de toda la noche’ y dieron luz verde a la droga sintética MDMA o éxtasis, generando a los usuarios la gran euforia de anfetaminas y los efectos psicodélicos de los alucinógenos.
Diez años después, el flagelo de la metanfetamina producida en el laboratorio apareció en la costa oeste de Estados Unidos y aumentó en popularidad a lo largo de una década.
También, la marihuana sintética apodada K2 surgió en 2006, y finalmente fue prohibida en 2011 en ese país.
Esta fábrica de drogas sintéticas crece a gran velocidad y desconcierta a los expertos, que poco pueden hacer ante los nuevos “diseños”, que ya representan una amenaza para la salud de los jóvenes.
Fuente: /iprofesional.com