25 agos 2015.- ¿Se terminó la fiesta del financiamiento barato y la Argentina llegó tarde (como advirtió hace pocas semanas el ex presidente del Banco Central Mario Blejer) pese al deseo de los candidatos presidenciales de sumar dólares a la economía?
En todo caso, la crisis financiera china coloca más presión al gobierno argentino para devaluar su moneda y encarecerá el acceso al crédito que necesita el país para refinanciar su deuda. Así lo expresaron a LA NACION diversos analistas, que coincidieron en señalar que, definitivamente, el próximo gobierno deberá enfrentar un “viento de frente”, a diferencia del “viento de cola” del que pudo gozar el kirchnerismo desde 2003.
El cambio de escenario no resulta menor por dos circunstancias: el consenso generalizado de la existencia de un fuerte atraso cambiario y, al mismo tiempo, la necesidad de negociar un acuerdo con los holdouts -admitida hasta por el oficialismo- para lograr financiamiento externo para que la economía vuelva a crecer en forma sostenida.
El ex viceministro Daniel Marx dijo que “hay un cambio importante de escenario y el impacto más fuerte viene por el lado del tipo de cambio, producto de las correcciones efectuadas en los países importantes para la Argentina y en la caída de las materias primas”. Según Marx, también “se hará más difícil buscar nuevo financiamiento” tanto para éste como para el próximo gobierno.
En la misma sintonía, el economista jefe de la consultora Elypsis, Luciano Cohan, expresó: “Si hace dos meses pensábamos que el próximo gobierno iba a poder evitar una devaluación, ahora esa posibilidad cada vez parece cada vez más difícil. Y estamos hablando de una devaluación del 40 por ciento para 2016”.
Sobre los tiempos de las correcciones, Cohan dijo que dependerá del resultado de las elecciones de octubre. “Si gana Mauricio Macri, el Gobierno no tocará nada, pero si gana Daniel Scioli, tal vez en noviembre haya algún movimiento”, afirmó el analista.
Sin embargo, en el campamento sciolista hubo un pedido explícito por parte del ministro de Economía, Axel Kicillof , de no hablar de la necesidad de hacer correcciones de las retenciones, una vía que se había sugerido para eludir la solución de la devaluación. Según Kicillof, si se mencionara el tema, los exportadores dejarían de liquidar dólares.
Por su parte, Cohan también consideró que de aquí en adelante “el crédito estará más flojo, ya que el mundo giró rápidamente de neutral a negativo para la Argentina”.
En cambio, el jefe de analistas del banco de inversión Bulltick, Alberto Bernal, indicó desde Estados Unidos que “como Estados Unidos no puede resistir un súper dólar, mientras dure este evento la Reserva Federal no podrá subir las tasas de interés, pues los datos económicos no colaborarán en ese sentido”. De este modo, según Bernal, “el panorama aún será benévolo una vez que se estabilice la aversión al riesgo”.
El economista jefe de la consultora Econviews, Eric Ritondale, indicó que “es una buena noticia que en este contexto la Argentina tenga poca deuda soberana en dólares, que cada vez se está poniendo más cara”. Sin embargo, según el economista, “podrá haber un acuerdo con los holdouts, pero no será tan fácil acceder a nuevo financiamiento barato”. De acá a diciembre, apostó, “el Gobierno tratará de no hacer nada, a un costo enorme en términos de nivel de actividad y del nivel de la corrección cambiaria” que se espera.
En tanto, el director de individuos de Puente, Pablo Castagna, coincidió en que “podría tratarse de un viento de frente con motores en potencia, a diferencia de los últimos años, donde un viento de cola acompañó con motores a media máquina”.
Respecto del daño sobre la economía, Castagna explicó que “se reflejará en variables sensibles, como el tipo de cambio, reclamos sectoriales y el saldo de la balanza comercial”, ente otros ejes. Frente a este panorama, aclaró que el mercado sigue teniendo una visión optimista sobre la posibilidad de una modificación en la política económica actual, lo cual “determinará finalmente la tasa requerida a la Argentina”.
Al respecto, el ex secretario de Finanzas Lisandro Barry señaló que “la Argentina no puede acceder al mercado internacional por cuestiones judiciales, y la remoción de esas trabas será un progreso que se reflejará en las tasas de interés”.
Según Barry, “la Argentina perdió una oportunidad notable que hubiera potenciado su capacidad para crecer, transformar y ampliar la capacidad de infraestructura”, ya que, aunque EE.UU. demore la suba de tasas, finalmente la concretará.
Y el ex secretario de Industria Dante Sica opinó que “si bien no estamos frente a una crisis mundial como la que vivimos en 2008, esto genera una década en la que los dólares ingresarán más despacio y será necesario hacer grandes mejoras de competitividad para aumentar las exportaciones”. El director de Abeceb agregó que ésa será la única vía para acceder a la inversión que permita recuperar el crecimiento.
Fuente: / lanacion.com.ar