16 Jul 2015.- “Vemos una situación delicada (en referencia a la económica de Argentina) el pasar de una ligera contracción a un ligero crecimiento desde el punto de vista estadístico no cambia cualitativamente nuestro diagnóstico”, dijo Alejandro Werner director del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, al tiempo que explicaba que la economía argentina crecerá este año 0,5% revisando levemente hacia la alza el anterior pronóstico de abril de este año que se ubicaba en 0,3%.
En conferencia de prensa, Alejandro Werner, comentó el informe de Perspectivas Económicas que prevé que la actividad económica en Argentina “se mantenga estancada en 2015 y 2016”. “Es una economía que esta creciendo a tasa muy, muy bajas. Una economía donde el sector industrial y manufacturero ha estado parado de manera importante. La inversión privada también la hemos visto con un comportamiento muy débil, aclaró el funcionario.
A continuación Werner admitió que “claramente es una economía que tuvo en el primer trimestre un crecimiento mayor al que habíamos anticipado. Asimismo estamos viendo también una expansión en el gasto publico mayor al que estimábamos y esto genera un efecto en la demanda agregada que explica el crecimiento económico que esperamos de 0,5% para este año”.
Para el FMI la economía argentina sigue “exhibiendo una situación muy delicada de balanza de pagos por lo cual también vemos controles tanto en la parte comercial como la parte de la cuenta de capitales. Esto obviamente genera un conjunto de restricciones importantes que limita de manera considerable la actividad productiva”, aseveró el Director del Departamento del Hemisferio Occidental.
El informe que se presentó este martes en Washington indica que la región enfrenta “múltiples riesgos”. La persistente desaceleración de la actividad económica en China y su impacto en los precios de los contratos de futuros para materias primas sigue siendo el principal riesgo externo para la región. Al mismo tiempo, las negociaciones sobre Grecia todavía podrían tener implicancias negativas para América Latina, aunque hasta ahora los efectos de contagio en los precios de los activos (y, por lo tanto, en la actividad económica) en la región han permanecido contenidos.
Por otra parte, Estados Unidos ha señalado el comienzo de un ciclo de aumento de las tasas de interés antes de finales de año que “podría intensificar la volatilidad del mercado y las presiones cambiarias en América Latina”.
El contexto internacional jugará en contra de la economía de la region, nuevamente, y por quinta vez consecutiva, las proyecciones para Latinoamérica y el Caribe se han revisado a la baja – la región avanzaría sólo 0,5% en 2015.
Para Argentina el FMI prevé estancamiento y en tanto Brasil retrocedería 1,5% en 2015. Para el principal socio del Mercosur, el Fondo advierte “deterioro del entorno económico, incluido el mercado de trabajo, aun cuando la inflación se mantiene en un nivel inquietantemente elevado”. Se observa una contracción significativa de la inversión privada y un descenso moderado del consumo privado, debido al deterioro de la confianza atribuible principalmente a factores internos. Con todo, se prevé que la economía brasileña registre una ligera recuperación de alrededor de 0,7 por ciento en 2016.
Entre las razones principales del deterioro en las perspectivas económicas latinoamericanas, el FMI señala que “el persistente descenso de los precios de las materias primas ha debilitado aún más el entorno externo para la mayoría de los países de América del Sur “. Por su parte, el crecimiento más débil de lo previsto en Estados Unidos al comienzo del año ha empujado a la baja las perspectivas de crecimiento en México, América Central y el Caribe.
Entre los países más afectados por la caída en los precio de las commodities se encuentra Venezuela. El Fondo considera además que este efecto “se ha visto magnificado tras varios años de políticas macroeconómicas insostenibles y de fuerte intervención microeconómica”. Venezuela sigue experimentando una profunda recesión, y se proyecta una contracción del PIB del 7 por ciento y una tasa de inflación superior al 100 por ciento en 2015.
Las perspectivas no son favorables para la región, según el informe: la moderación de los precios de las materias primas y el alto nivel de apalancamiento de las empresas implican que la inversión probablemente seguirá siendo débil durante un período prolongado. En conjunto, estos factores apuntan a que “las perspectivas económicas en la región se enfriarán aún más”./ámbito.com